El pasado 12 de junio de 2016, desde el pueblo de Revenga y con la
impresionante vista de la Mujer Muerta, una de las más reconocidas cresterías de
la Sierra de Guadarrama, fuimos a conocer el lugar donde hace 2000 años los
romanos decidieron captar el agua para el acueducto que abastecía a
la ciudad de Segovia, situada a 15 km del lugar, y que se ha
estado utilizando hasta el pasado siglo.
Ruta desde Revenga hasta el azud de captación
La ruta comienza en Revenga (1) por la carretera que va bordeando
el embalse de Puente Alta (2). Al llegar a la cola del embalse (3) tomamos
el sendero que remonta el río de la Acebeda que se adentra en el pinar de la
Acebeda, un pinar de ladera de pino silvestre en el que hay varios
ejemplares de roble melojo, alguno de ellos de gran porte.
Río de la Acebeda
Pinar de la Acebeda de pino silvestre
Hoja de roble /Quercus pyrenaica)
Al llegar al punto 4 el sendero se divide en dos, hacia la
izquierda iremos hacia el arroyo de Valdeconejos y hacia la derecha vamos
hacia nuestro destino remontando la cacera tapada que llevaba el agua
canalizada hasta el acueducto de Segovia y que discurre justo por encima del
río de la Acebeda.
Enseguida llegamos a un desarenador, un decantador usado para liberar
al agua canalizada de elementos sólidos tales como arenas o limos. Los sólidos
quedaban en el fondo y el agua salía limpia hacia su destino.
Cacera de la Acebeda
Primer decantador
Muy cerca de allí se encuentra el azud de captación en el que aún
se distingue perfectamente la pequeña represa que servía, y sirve, para derivar
el agua del río de la Acebeda por una cacera hacia el primer decantador. La
pequeña presa del azud está formada por grandes bloques de piedra unidos entre
sí por grapas de hierro aseguradas por plomo (5).
Vista del azud de captación de factura romana y del primer tramo de la cacera antes de entrar en el primer decantador.
Azud romano de derivación.
Detalle del muro del azud de factura romana.
Detalle de los bloques del muro unidos por grapas.
Al regreso, en Revenga fuimos a visitar los restos de la calzada
romaza próximos a la ermita de san Roque.
Calzada romana y al fondo la ermita de san Roque
Allí conocimos a Domingo, un pastor que a sus 85 años sigue cuidando de sus 15 vacas.
Y tras la comida nos fuimos a Segovia para visitar los dos últimos
decantadores de la conducción junto antes del inicio del acueducto.
Vista del último decantador antes del arranque de los primeros arcos del acueducto.
Primeros arcos del acueducto
Los sillares del acueducto están colocados piedra sobre piedra, sin argamasa.
Detalle del tramo más espectacular del acueducto.
Después fuimos a la curiosa iglesia octogonal de la Vera Cruz y por último de
paseo por la senda fluvial del Clamores.
Interior de la Vera Cruz
iniciando la senda del clamores en el puente sobre el río Eresma
En resumen una jornada completa donde se disfrutó de la naturaleza, la historia, el arte y el patrimonio al mismo tiempo.He aquí algunos otros momentos de la jornada:
Esperando a los perdidos
En el primer decantador
Junto al acueducto
Una cigüeña casi romana
Adulto de chova piquirroja en el acueducto acosado por dos pedigüeños pollos tan grandes como él
Vistas de Segovia desde la Vera Cruz
trío de reinas.
el descanso:
Unas de grupo
La familia petirrojo casi se mete en mi bolsillo
Segovia desde el Clamores:
antiguo matadero hoy museo provincial.
Muralla y catedral
descanso vespertino sobre la hierba.
La quilla de un barco llamado Segovia
No hay comentarios:
Publicar un comentario